Prevención, protección, y recuperación

En todo el mundo, numerosos jóvenes son víctimas de conductas sexuales inapropiadas y de explotación. Estas violaciones son generalizadas y afectan a todas las naciones y estratos sociales.

Los niños, especialmente las niñas, corren un mayor riesgo de sufrir relaciones sexuales forzadas o ser víctimas de explotación sexual, abusos y violencia, tanto en línea como fuera de ella. Es, además, una situación muy común durante los conflictos armados.

En el marco mundial de múltiples problemáticas -las secuelas de la pandemia de COVID-19, los conflictos, el cambio climático y las catástrofes-, la falta de acción o de medidas para abordar las causas profundas, como el aumento de las desigualdades, la acentuación de la pobreza y la discriminación estructural por motivos interrelacionados, agravan aún más las situaciones que exponen a los niños a la explotación, el abuso y la violencia. Los menores víctimas y supervivientes de estos delitos pueden sufrir efectos nocivos de larga duración en su salud física, mental y sexual, así como en su desarrollo. Estos traumas en los niños pueden incluso equivaler a tortura y otros tratos crueles, inhumanos o degradantes.

Muchas víctimas y supervivientes nunca revelan los hechos ni recurren a la justicia, la rehabilitación o el apoyo debido a la vergüenza. Para muchas víctimas y supervivientes, el maltrato infantil que han sufrido afecta a su salud física y mental y a su bienestar, y a veces tiene consecuencias para toda la vida.

En la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible, la dignidad de los niños y su derecho a vivir libres de violencia se sitúa como una prioridad de la agenda internacional de desarrollo a través de la aplicación de la gama de objetivos y metas de la Agenda 2030 pertinentes para poner fin a la explotación, el abuso, la trata, la tortura y todas las formas de violencia contra los niños, así como la eliminación de todas las prácticas nocivas, como el matrimonio infantil, precoz y forzado y la mutilación genital femenina, que ponen a los niños en riesgo de experimentar la explotación sexual infantil, el abuso y la violencia.

Fuente: Naciones Unidas