En 1 de marzo se celebras el Día de la Cero Discriminación destacando la necesidad urgente de actuar para poner fin a las desigualdades de ingresos, sexo, edad, estado de salud, ocupación, discapacidad, orientación sexual, uso de drogas, identidad de género, raza, clase, etnia y religión que siguen existiendo en todo el mundo.
La discriminación y las desigualdades están estrechamente relacionadas. Las formas de discriminación interconectadas – ya sean estructurales o sociales – contra individuos y grupos pueden conducir a una amplia gama de desigualdades, por ejemplo, en los ingresos, los resultados educativos, la salud y el empleo. Sin embargo, las propias desigualdades también pueden dar lugar a la estigmatización y la discriminación. Por lo tanto, al tratar de reducir las desigualdades, es fundamental abordar la discriminación. Los miembros de las poblaciones clave son a menudo discriminados, estigmatizados y, en muchos casos, criminalizados y señalados por las fuerzas del orden. Estudios recientes han demostrado que esta discriminación social y estructural da lugar a importantes desigualdades en el acceso a la justicia y en los resultados relacionados con la salud.
Acabar con la desigualdad requiere un cambio transformador. Hay que redoblar los esfuerzos para erradicar la pobreza extrema y el hambre y es necesario invertir más en sanidad, educación, protección social y empleos dignos.
Los gobiernos deben promover un crecimiento social y económico inclusivo. Deben eliminar las leyes, políticas y prácticas discriminatorias para garantizar la igualdad de oportunidades y reducir las desigualdades.