Los embajadores de Bosnia Herzergovina y Palestina junto a las embajadoras de Chipre y Ghana fueron testigos de honor del lanzamiento de la última obra de Joaquín Antuña, presidente y fundador de Paz y Cooperación. El libro forma parte de un cuarteto español editado por Paz y Cooperación. Es el cuarto movimiento de esta sinfonía española como la definió el autor que empezó con el Hombre Perplejo y prosiguió con El Laberinto Español y Crónicas de la Tercera España.
El catedrático de estructura económica del CEU, Javier Morillas escrutó todo el texto con una pericia digna de los copistas de textos sacros de la Edad Media. Alfonso Ramonet pronuncio unas palabras llenas de sentimiento y de sensibilidad. Pilotó la nave con su destreza acostumbrada Jose Luis Yzaguirre que desde el puesto de mando de su tertulia Juan Sebastián Elcano fue marcando los tiempos de este vendaval de ideas y sugerencias que se encierran en estas quinientas páginas de gran altura en que se describe una crónica apasionada con ribetes satíricos y laberintos filosóficos la realidad candente de estos últimos meses de esta España del gobierno en funciones.
Como relató el profesor Morillas, los personajes descritos por Antuña cobraron vida, desde Mariano el padrastro nacional, el hombre que hizo sobresaltar a los españoles que se mecían en el sueño de la opulencia, al chico sensato de Hospitalet que de haber sido Moisés hoy tendríamos 400 Mandamientos en vez de 10, al encantador de serpientes que trataba de llevar al país a un futuro incierto recogiendo el aliento de los indignados del 15 M, al personaje principal, el divino Pedro, el mandela de Pozuelo que quería llegar a la Moncloa a toda costa y que incluso en su desgracia fue a Disneylandia con su hijas para tararear y silbar el si yo fuera rico convertido en si yo fuera rey del violinista sobre el tejado entre las fantasías de Disneylandia pero su pedrolandia se vino abajo en un malhadado domingo de octubre. No pudo faltar la semblanza de las inefables alcaldesas Carmena y Colau en la mejor tradición española de meterse con el alcalde.
El autor definió su libro como un mosaico lleno de humor y sátira al estilo de La Codorniz, la revista más audaz para el lector más inteligente que hizo reír a los españoles en los largos años de dictadura y se reclamó a Miguel Miura y a Enrique Jardiel Poncela. Una conocida tertuliana, gran periodista y autora de libros lo comparó con el inolvidable Cesar Ruano, para la que Galaxia de Paz revivía el estilo de las greguerías. La tesis principal del libro, que se descubre leyendo todos los artículos es que mientras la respuesta al mayo francés de 1968 fueron las recetas del club de Roma que impulsaron la economía mundial, el 15 M, el ocupa Wall Street no han conseguido tener una réplica a sus muchas acertadas criticas. El diagnóstico de la desigualdad y de los problemas globales a que se enfrenta la humanidad quedaron muy patentes pero sin embargo sin un gran esfuerzo de creatividad nos encontramos en un callejón sin salida. En este panorama, prosiguió el presidente de Paz y Cooperación, la brecha profunda entre ricos y pobres se agranda en vez de acortarse y, en el caso de España, la visión de los pensionistas griegos que sufren una merma del 30 por ciento en sus haberes y que encima los apalea la policía no son precisamente la mejor presentación para los jóvenes turcos de Podemos.
Utilizar recetas del siglo XIX de Bakunin y de Carlos Marx no han conseguido los platos vacios de lo que Nikita Krushov quien decía que la genta necesita gulash en vez de adoctrinamiento. Como repitió varias veces Morillas, el libro no se andaba por las ramas de los vericuetos filosóficos sino que es chispeante y lleno de humor.
Finalmente el autor habló de su libro en Buenos Aires gracias a los buenos oficios de D. Xulio Xiz, a quien definió como un personaje salido de la película de Casablanca con impermeable y sombrero a quien le está muy agradecido por el impulso que le ha dado al recoger sus artículos, así como, extendió su agradecimiento a Alfonso Ramonet que podría haber sido un gran chambelán en la corte vienesa del emperador Francisco José y su Sisi y a Jose Luis Yzaguirre gran periodista que podía salir de las páginas de lord Bayron y Maria Sheley.